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Ancla 1

por Josefina Sartora

Cuídate yo te cuido (I Care a Lot)

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Dirección y guión: J. Blakeson

Estados Unidos/2020

En Netflix

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Netfilx ofrece una amplia variedad de películas. Eso sí, todas deben tener algo de glamour, o alguna actuación estelar, algún gancho marketinero. Cuídate yo te cuido prometía diversión, suspenso, y buenas actuaciones. Lástima que todo se fue en parafernalia.

El film expone uno de los puntos débiles de un sistema bien organizado: el retiro de los adultos mayores. Si tienen hijos, estos disponen de cómo y dónde pasar sus últimos años. Si no los tienen, quedan a merced de la Seguridad Social y los delincuentes aprovechadores. De eso se trata: de una red de estafadores que bajo la apariencia de la impoluta legalidad, se apoderan de aquellos ancianos que no tienen nadie que los cuide, ni descendencia que reclame sus bienes. La clave primera escena muestra el modus operandi: el cerebro de la organización es una mujer (Rosamund Pike, excelente) que ha montado una empresa para el “cuidado” de esas personas, en sociedad con la médica que le deriva los pacientes adinerados y sin familia, el director de un geriátrico y el juez que da la orden de cuidado oficial. No importa si la víctima está en pleno uso de sus capacidades físicas y mentales, como el caso de la ejecutiva retirada que encarna Diane Wiest: ella irá a parar a una residencia para mayores, donde devendrá prisionera en la medida en que quiera rebelarse ante la injusticia de su caso. Mientras rumia encerrada, atiborrada de pastillas, la villana y su asistente venden su casa, todas sus pertenencias, y se apoderan de su caja de seguridad. Pero todo crimen trae su karma consiguiente, y allí está el genial Peter Dinklage en la figura de un mafioso que usará sus medios también ilícitos para recuperar a la anciana.

Es esta una película de giros de guión, y el de J. (¿?) Blakeson tiene varios, que mantienen el interés por lo que sucede, a veces inesperado. Eso vale. Lo que no vale es el aspecto ético del asunto, y no quiero ponerme en moralista. Todo bien, la idea es ingeniosa, la empresa funciona y el cielo es el límite. Todo bien, es interesante que la villana sea mujer, y Pike lo hace estupendamente bien. Todo bien, ambos contrincantes son dos criminales que actúan libremente burlando la ley. Pero: ¿las villanas tenían que ser lesbianas? ¿no es este un cliché superado? ¿y una de ellas latina (Eiza González)? ¿el juez tenía que ser negro? ¿y el mafioso, ruso? Por suerte, el gran talento de Dinklage compensa su tamaño. La homofobia y el racismo tiñen toda la historia.

Pero los problema no son sólo esos: los personajes nunca llegan a ser tales.  Constituyen estereotipos congelados, sin hondura psicológica, sin matices, actúan como robots. Si bien el personaje de Marla la villana es el más desarrollado (siendo generosa), el resto queda desdibujado, y la súper actriz Diane Wiest desaprovechada era un personaje que daba para explorar y explotar, y queda descartado, olvidado: ¿cómo llegó a ser quien pretendía ser? Y el mafioso ruso? Cómo opera? Cómo se deja engañar por su contrincante? La película explora distintos géneros: la comedia negra, la sátira cínica, el thriller, el cine de súper antihéroes. Demasiado.

En fin, mejor que nadie te cuide.

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Josefina Sartora

https://claroscuros.net/

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